Externalización logística; definición, tipos y requisitos

Externalización logística; definición, tipos y requisitos

Cada vez son más las empresas que apuestan por la externalización de procesos logísticos por motivos económicos, de producción o de expansión. A continuación, definimos esta técnica empresarial y te explicamos los tipos de externalización y sus características. 

¿Qué es?

La externalización logística es una estrategia que muchas compañías utilizan y que consiste en la derivación de tareas y la contratación de servicios a operadores logísticos externos. Los principales motivos que mueven a las empresas a buscar opciones para externalizar procesos logísticos son los siguientes: 

  • Reducir los costes fijos.
  • Mejorar la calidad de sus servicios. 
  • Aumentar la productividad. 
  • Incrementar la rentabilidad. 
  • Simplificar los procesos y dejarlos en manos de expertos.
  • Facilitar una expansión internacional.
  • Minimizar los riesgos al ampliar el volumen de negocio con menos inversión en juego.

La externalización de los procesos logísticos es un paso clave y decisivo a la hora de optimizar la cadena de suministro, y lanzarse y confiar en un operador logístico no siempre es fácil, especialmente para aquellas empresas que tradicionalmente han gestionado todo internamente.

Interior de almacén logístico

 

Tipos de externalización logística

La externalización en general puede darse en cualquier área o departamento de una empresa dependiendo de si afecta a las manufacturas, a las tecnologías de la información, al conocimiento de la industria o a los procesos del negocio, donde estaría incluida la externalización logística. 

Estos son los servicios de externalización logística más comunes: 

  • Transporte nacional e internacional.
  • Almacenaje y gestión de almacenaje.
  • Servicios transitarios y gestión de aduanas.
  • Logística inversa.
  • Cross-docking.

Podemos distinguir los siguientes tipos externalización según la cantidad de fases del proceso de las que se encargan los operadores:

  • Operadores logísticos 2PL. Se encargan únicamente del almacenamiento y el transporte.
  • Operadores logísticos 3PL. No sólo almacenan, también gestionan este almacenamiento y se encargan del transporte. 
  • Operadores logísticos 4PL. Responsables de todas las partes de la cadena de suministro, subcontratando operadores 3PL.
  • Operadores logísticos 5PL. Gestionan múltiples cadenas de suministro, también a nivel internacional, pudiendo contratar servicios de operadores 3PL y 4PL.

Aunque pueda parecer que la externalización logística se reduce únicamente a servicios y beneficios físicos como espacio para el almacenaje o una flota de vehículos de transporte; confiar en un operador logístico también aporta beneficios intangibles como la experiencia y el conocimiento experto de la cadena de suministro. Esto puede suponer una mejora real y efectiva en el desarrollo de la actividad de cada empresa, favoreciendo la escalabilidad de los negocios sin perder capacidad y calidad.

Qué tener en cuenta antes de externalizar

Como decíamos anteriormente, externalizar es un paso importante que puede ser decisivo para una compañía. Antes de apostar por la externalización es necesario hacer un profundo análisis de las necesidades concretas de la compañía y valorar detenidamente los pros y los contras. Teniendo ya clara la intención de apostar por esta estrategia, hay que revisar y confirmar si se cuenta con ciertos requisitos trascendentales para que la externalización sea un éxito: 

  • Compromiso real de la dirección. Para que algo funcione, es necesario creer en el proceso y poner todos los recursos para la viabilidad del proyecto.
  • Equipo adecuado y supervisión. Al hablar de recursos no nos referimos únicamente a materiales, también hablamos de equipo humano. Externalizar no significa desvincularse, sino adaptar los procesos derivando tareas y nombrando a las personas adecuadas como enlaces para que se encarguen de la supervisión y revisión constante de lo externalizado. 
  • Alcance y tareas bien definidas. Deben estar claramente establecidas qué partes de la cadena de suministro pertenecen a la compañía y cuáles al operador logístico. El recorrido debe estar estudiado y pensado al milímetro para que no haya fisuras y evitar retrasos o duplicidad de tareas. 
  • Objetivos y sistemas de medición claros. La idoneidad de la externalización sólo se puede comprobar si los objetivos marcados y los indicadores de rendimiento están claros y se aplican desde el primer día. 
  • Contar con un proceso de transición. Cada proyecto de externalización requiere de un tiempo de transición y adaptación que, dependiendo de su complejidad, puede llevar más o menos tiempo. La empresa debe tener en cuenta este periodo y ser capaz de adaptarse e ir haciendo los ajustes necesarios sin parar su actividad. 

 

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